Que trata de las Javi-aventuras, reseñas y relatos random tan ríspidos como risueños, que si bien no pretenden aleccionar a nadie, aunque sea sí procuran recetar rompimiento de pelotas y desenmustie generalizado. Estudié música en la Fermatta y puse varios negocios diferentes pero en realidad ninguno me satisfacía. Con el tiempo comencé a escribir un blog bastante exitoso, y gracias a él, conseguí mi primera chamba de copywriter en una start-up. Entretanto, siempre de madrugada, comencé a escribir ésta, mi primera novela: en parte autobiografía, parte sueño, película porno y manifiesto socarrón. A la fecha me encuentro escribiendo la segunda. 

Si bien no estiré la pata a los 35 como en la novela, sí tiré al caño más de veinte años de ir regularmente al gym en menos de diez a punta de ron, coca y mineral. La condición que tenía en la prepa se fue directo al traste y ahora sufro la gota gorda cuando se descompone el elevador del edificio. Antes contaba el tiempo en años escolares y cada uno duraba para siempre; ahora lo cuento más en Mundiales y parece que fue ayer que nos eliminó Maxi en Alemania. Llevo cinco mudanzas en dos años, cuatro esposas, tres empresas, dos nuevos mejores amigos y una conciencia más negra que Seal. He estado en 50 países y en todos los continentes. No creo en Dios ni en ningún tipo de fuerza “superior” ni “divina”. No creo en las relaciones de “amistad” entre personas de sexos opuestos, los fantasmas, mucho menos la astrología, ni nada que el método científico no pueda demostrar. Creo, en cambio, que el amor verdadero sí existe, que el dinero sí puede comprar la felicidad; que las mujeres si no dan lata, no están contentas; que si no tiene carne animal, no cuenta como plato fuerte; que el agua oxida y que la recepción de Dez contra GB era completa. Llevo casi 60 buceos entre México, el Caribe y el Océano Índico, que incluyen varios de noche, un barco hundido, cuatro cenotes, un Blue Hole y la concha de tu hermana. He estado en más de 70 conciertos de todo tipo que incluyen siete de Metallica, dos de Marsalis, uno de Skrillex y ningún festival AFORTUNADAMENTE. La idea sería duplicar todas estas cifras en los próximos treinta años… siempre y cuando no nos petateemos —ahora sí— en el festejo de los cuarenta; al que por cierto, están todos invitados. (Bueno no, no todos TODOS, la neta. Pero casi.)